Con una sonrisa es mejor
La risa es terapéutica. Y funciona mejor que muchas medicinas convencionales. No se consigue en las farmacias. Pero la podemos encontrar dentro nuestro. Simplemente hay que dejarla fluir, para que nos inunde con su bienestar, para que nos haga segregar endorfinas, para que nos cure el cuerpo y el alma...
Aquí estoy con Silvia, una de las especialistas del Área Oncología del Hospital de Día del Instituto FLENI, "posando para la foto" en una de mis sesiones de quimioterapia (ya voy por la cuarta).
El trasfondo de esta foto es por demás emotivo: fui partícipe de una improvisada fiesta (con torta, jugos, máscaras, juguetes y guirnaldas incluidas) que organizó la mamá de uno de los chicos no mayores de seis o siete años que también concurren a administrarse quimioterapia.
Ver a esos nenes, su tesón, su energía, reafirmó el concepto de que quienes ya tenemos una vida hecha no podemos ni debemos amargarnos ni deprimirnos ante una contingencia como la ahora me toca vivir, que el estado de ánimo es clave, y que a pesar de los contratiempos, los problemas, las adversidades y los inconvenientes cotidianos, siempre es apropiado despertar y afrontar cada día con una sonrisa, con ese canto de batalla que expresa una manera de ser y de sentir: "¡A pelear se ha dicho!"
Por eso, yo que soy amigo de elegir frases que me conmueven, tengo por predilecta a esta que alguna vez escuché y la hice definitivamente mía:
"La vida es una lucha, una lucha que debe ser vivida como una fiesta"